miércoles, 12 de mayo de 2010

Oxlajuj Kiej, cuna de músicos

¿Cuántos capturados?, ¿torturados?, ¿gritos desesperados?, ¿maldad?, me pregunto esto cuando entro al viejo “Cuartelón” como aun se le conoce, aquel edificio que fue color verde, lavado por la lluvia de tantos años, sitiado hasta hace poco por la presencia de militares sin nada para hacer, esa vieja cicatriz de la memoria repellada por el sonido de las delirantes campanas de la catedral, vieja testigo de una explosión; imagino cómo fueron aquellos años grises del conflicto armado, hasta ser interrumpido por el sonido de un piano al fondo de un salón, opacado por el sonido de la lluvia.

Sin embargo lo que fue un viejo museo militar donde se exhibían medallas, uniformes y armas, ahora es el nuevo Centro Cultural de Mazatenango, donde se están formando nuevos artistas, espacio donde se ve a niños, jóvenes y adultos recibir clases de música, en el Conservatorio Regional de Música “Oxlajuj Kiej”.

Creación

Bajo el acuerdo ministerial 236-2007 del Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), queda registrado el nacimiento del Conservatorio Regional de Suchitepéquez, pero su funcionamiento empezó en el año 2008, por la necesidad de convocar a catedráticos y el tiempo que este proceso llevaría. Pero “el Conser” como le dicen de cariño los estudiantes, no funcionó en el “Cuartelón” hasta este año.

El edificio estaba siendo remodelado, y la entrega fue programada para el mes de abril del año pasado, pero la reestructuración de éste terminó hasta noviembre, mes que el Ministro de Cultura y Deportes acudió a la inauguración, presenciando el avance de los alumnos en el aspecto coral, quienes interpretaron canciones guatemaltecas, y que hasta esa fecha recibieron sus clases en la Escuela Oficial Urbana para Varones “Mariano Gálvez.”

Desde lejos

Por alguna razón desconocida, la convocatoria del MCD en busca de catedráticos para dar vida al Conservatorio, no fue tomada por maestros de formación musical de Mazatenango. “No sé cual fue la respuesta de los maestros de aquí del sector”, dice Jenner Cifuentes, catedrático de solfa y director del plantel educativo. “La convocatoria para que estuviéramos aquí, fue una referencia del establecimiento donde nos graduamos, se hizo la propuesta en formación artística, y luego nos llamaron”, vuelve a comentar.

Pero Jenner, junto a otros dos catedráticos deben viajar a diario para cumplir con su trabajo, porque no son originarios del departamento de Suchitepéquez. “Dos venimos de Coatepeque y otro de Retalhuleu”, reitera.

Venir desde lejos durante dos años ha sido una tarea difícil por el ajetreo diario y el desgaste físico que implica el viaje, además los viáticos corren por cuenta de ellos. Entonces Jenner esboza una sonrisa, “pero es satisfactorio, vale mucho la pena, porque uno hace lo que le gusta. Además se ayuda a los jóvenes que aquí estudian, para que sean buenos músicos, buenos artistas para la cultura de Mazatenango”. También está de acuerdo William Rabanales, maestro de guitarra, “es cansado viajar, pero me gusta mucho el trabajo acá, y se olvidan todas estas cuestiones. Los que aquí trabajamos tenemos un amor por lo que hacemos, nos gusta mucho la música”.

Incluso los estudiantes están de acuerdo; saben del esfuerzo y la labor de sus catedráticos. Ellos consideran la actividad docente desempeñada hasta ahora, fundamental para su desarrollo artístico. Asimismo están conscientes que como alumnos deben poner más de su parte, pues los catedráticos a veces no logran llegar a impartir clases, no porque no quieran, sino por los bloqueos en las carreteras debido a las diferentes manifestaciones que surgen.

Lesly Gabriel, Marvin Reanda y Jonathan Cahuex coinciden, “debemos ponerle más ganas todavía porque ellos (los maestros) vienen de lejos, debemos comprender eso: el esfuerzo que hacen por venir, a pesar de la gran distancia, para que tengamos una buena formación artística”.

Dentro de las intenciones de los catedráticos se encuentran “seguir adelante, trabajar arduamente, y cubrir las necesidades culturales de este municipio”, sentencia Jenner, en relación al compromiso adquirido por ellos, como maestros del Conservatorio.

Falta una cuerda

Además de las circunstancias del desplazamiento de los catedráticos, también se han visto en la necesidad de adecuar sus métodos de enseñanza con los pocos recursos mobiliarios con los que cuenta la casa de estudios, afectando así la enseñanza, el aprendizaje y las habilidades de los alumnos.

En actualidad sólo tienen un piano, guitarras a las cuales les hacen falta cuerdas, violines inservibles para el aprendizaje por su mala calidad. Estos instrumentos fueron proporcionados por el MCD, que también ha ofrecido equipar el Conservatorio con más mobiliario y equipo; para Jenner es preocupante porque hasta ahora no han recibido mucho. Esto merma con el esfuerzo de los alumnos, quienes demuestran su interés llevando sus propios instrumentos musicales, acto que les ha ayudado a subsistir, pero también ha sido una limitante muy fuerte no tener los recursos necesarios, para desempeñar su labor.

Esto afecta la calidad educativa, “¿De qué sirve tener un piano si tenemos veinte pianistas?, no es lo mismo que un alumno de piano clásico esté tocando con un teclado, porque no es la misma técnica por la diferencia del peso de las teclas, por la postura…”, dice Jenner demostrando un poco de preocupación. Y Lesly lo confirma, “afecta en la rotación de los dedos… por el peso de las teclas”.

En el caso de las guitarras, sólo cuatro tienen el juego completo de cuerdas, sin embargo también se necesitan otros elementos para poder ejecutar la técnica, según comenta Marvin, en vez de mesas necesitan atriles y escabeles, para poder mantener la postura que requiere la ejecución de la guitarra clásica.

“Si desde el principio hubiésemos tenido un pizarrón, algunos temas los explicaría con más detalle”, dice William, recalcando la importancia de todo este material para el desarrollo didáctico.

– ¿Reciben ayuda y recursos económicos del Ministerio de Cultura y Deportes? – le pregunto a Jenner.

– A través de la Dirección de las Artes y la Dirección de Formación Artística, del Ministerio de Cultura y Deportes, se sostienen los salarios de las personas que laboramos aquí. Sin embargo no hay un subsidio para el Conservatorio, pero hay cuotas de inscripción y mensualidad en algunos casos, para auto-sostenerse.

Se viene la orquesta

Al hablar con Jenner y William sobre los planes a futuro del conservatorio es notorio, se les ilumina el rostro, luego viene como una palabra mágica: “la orquesta”.

En Suchitepéquez no existe una orquesta bien formada, sin embargo para ello, necesitan todas las familias de instrumentos porque no será una simple orquesta, no; es una orquesta sinfónica la que se desea crear. Además, ya están preparados: se contratarán otros dos catedráticos que ayudaran a fortalecer aun más las clases porque el siguiente año reciben a la tercera promoción de estudiantes de Bachillerato en Arte con Especialización en Música.

No esconden su fascinación por crear no sólo una orquesta sinfónica, sino un cuartero de cuerdas, un cuarteto de vientos, un quinteto, un sexteto o una banda de Jazz, “mejor si son seis”, dice Jenner, mientras sonríe.

En tanto, William cree que tanto maestros como los alumnos de las primeras tres generaciones tienen un compromiso con la cultura del municipio. “La meta es que sean buenos instrumentistas, para el bien del país”, concluye.

Tiene razón. Ahora que dejó de llover, se escucha con más claridad el piano, mientras en otro salón se escucha una de las guitarras y en otro salón se escucha un violín. Los jóvenes están practicando sus lecciones. Ese viejo ex cuartel militar, al cual no se podía subir al segundo nivel, donde ahora están las aulas, tiene otro color… y ahora un calor musical.

El profesor William tiene razón: la música hace que se olviden todas estas cuestiones.

1 comentario:

  1. WOW!! creo que vi muy tarde este artículo, que tiempos aquellos y las esperanzas y sueños que teniamos, hoy no queda niguno de los entrevistados, pero espero que esos sueños algún día los logren realizar otras personas, las que vienen tras nosotros, ojalá que no desaparezca el "Conser"

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